sábado, 22 de agosto de 2009

BAF Week!

Siempre digo que no voleveré y lo hago de nuevo cada seis meses.
Es verdad que esta vez no vuelvo. Los desfiles son más cómodos por la interné y no necesitan horas y horas de fila, además los ofrecen sin empujones ni agobios.
Para ver hay poco nuevo, nada innovador y me sobran en las filas las miles de adolescentes paseantes que se dedican a hacerse fotos en cualquier panel y que persiguen las bolsitas promocionales de todos los productos regalados, aunque sean papitas fritas light. Esta vez ni siquiera había stand de la revista ELLE.
Ni hablar...la moda es de todos.




martes, 11 de agosto de 2009

Aniversarios



Aniversario de la revista Llegás, que para festejar se monta un festival en la
Alianza Francesa, Córdoba 946.
Del 11 al 14 de agosto, de 18 a 22 hrs. ¡Entrada libre!
Música, poesía, teatro, debate, cine, letras, arte...

lunes, 10 de agosto de 2009

Las miserias de la escasez de cambio en Buenos Aires

Sos un miserable pero no por la mancha negra que rodea el cuello desgastado de tu camisa. Eres miserable pero no porque tus zapatos están destrozados y dejan ver tus pies a través de agujeros imposibles de remendar otra vez. Eres un miserable pero no por el cordón raído con el que sujetas el pantalón sobrado de tallas. Eres un miserable pero eso no tiene que ver con que tu auto sea viejo y huela a humedad. Lo eres porque mientras discutimos durante media hora quién debía dar cambio a quién y mientras bajaste del taxi para llamar a la policía para tratarme como una delicuente pude ver perfectamente desde la ventana de tu sucio taxi, un fajo de billetes que tenías atado al pecho y que trataste de esconder cuando yo te descubrí...con todo ese dinero pudiste haberme dado el cambio que yo no tenía y que vos dijiste no tener. Sin necesidad de obligarme con la policía de por medio a buscar un billete más pequeño a media noche en una calle del barrio de Constitución, mientras tú te quedabas sentado en tu desgastado y sucio taxi.
Casi me diste lastima cuando vi tus zapatos, pero en ese momento comprendí por qué eras tan miserable.