sábado, 27 de septiembre de 2008

Sospechosa felicidad



Estoy en este barbituqui de San Telmo, comiéndome unos gnoquis de espinaca orgánica y siento como la felicidad se me pasea por el cuerpo, son los rayos del sol que recibí mientras venía hasta aquí, estoy segura! Parece que sí llegó la primavera. La gente se acumula en las terrazas y los barrios cobran vida, cuánta alegría siento, hasta me parece sospechosa tanta felicidad. No dudaré más y seguiré sintiéndome contenta mientras posteo en este bar, de fondo el bolero que suena va cobrando cada vez más enjundia y hasta parece que en cualquier momento se podría convertir en una buenísima salsa.
Y por si fuera poco aun me falta el postre...

martes, 23 de septiembre de 2008

Amparanoia directo a la memoria.

La noticia del concierto de Amparanoia en Buenos Aires me emocionó y me trajo rostros que tenía guardados en una gavetilla de la memoria que hace mucho no limpiaba. Me trasladé a un piso de la calle Madera, en el madrileñísimo barrio de Malasaña y recordé el momento en que Amparo entró en esa casa; era todo energía, llego acompañada de una inmensa sonrisa y una guitarra; preguntaba todo con ojos pispiretos y con un encantador acento andaluz que recortaba sus palabras al final. Tomasín y David la habían conocido cantando en la calle -me parece que en el parque del Retiro- Ni bien habían llegado sacaron lo que se pudiese sacar para hacer música y empezaron a tocar.
En aquella casa de la calle Madera -ahora recuerdo el número, el 41- vivían unos mariachis que salieron de sus habitaciones con sus guitarras y guitarrones en cuanto escucharon que se empezaba a armar la fiesta-tocada-espontánea; Amparo no tardó mucho en liberar de esa sonrisa su voz, y se echó unos buenos bluses. Luego apareció Manu metido en una de "esas" sudaderas de Adidas y comenzó una de "aquellas" memorables rondas de música, porros y cervezas -que se enfriababan en la tina del baño porque la nevera no daba para más- y en donde todos cantabamos con mariachis de múltiples nacionalidades el "Mariguana boogie".
Recuerdo también a mi amiga, la señorita San Pedro de Botas, que se quedo impresionada con el "power" de la voz de Amparo y comentó a uno de los mariachis que a estaba a su lado "esta chica tiene una voz de cine"; Angelo, el mariachi napolitano que recibió el comentario lo interpretó como pudo y a modo de teléfono descompuesto me dijo al oído "que esta chica canta en películas"... y poco se habrían de equivocar, ahora tengo aquí el DVD que conmemora los años que han pasado desde entonces y que Amparo Sánchez ha dedicado a la música.
No mucho tiempo después de esa noche Amparo sacó su primer disco; en aquel Madrid en el que todo parecía posible, el mariachi napolitano se convirtió en el trompetista de la banda de aquel entonces de Manu Chao, Radio Bemba, y una de las canciones de Amparo, en himno para nosotras.

Ahora seguramente Amparo ya "tiene pa tabaco, casa y ni falta que le hará trabajo", ya no será pobre y su nombre...¿aparecerá en la lista del paro después de esta gira de despedida? Lo dudo.



Tarde en la casa de Manu en Cuenca...Tomasín, Garbancito, Angelo, Manu...

domingo, 21 de septiembre de 2008

Que ya llegó!

- Qué?
- La primavera.

¿De dónde vienes?

-Vengo del exterior.

Esta es la contraseña que había de dar para entrar la fiesta del sábado. "Vengo
del exterior". Hasta para divertirme debo tener presente que "no soy de acá"

martes, 9 de septiembre de 2008

Se cayó.



Este Halcón ya estaba en el piso cuando lo encontré.

sábado, 6 de septiembre de 2008

¿Buenos Aires baila poco?



Una vez más Brasil me entró al cuerpo. Y a diferencia de la mayoría de los conciertos que vi en mi vida de Bossacucanova, el de ayer fue completamente cubierto; y no por tratarse un local cerrado, sino por la cantidad de abrigos que traíamos todos encima. Fue muy extraño cantarle a los amaneceres cariocas con la garganta cubierta por una bufanda. Bailar desde el principio hizo que me fuera desprendiendo de cada una de las prendas que podía restar a mi atuendo sin causar desorden, con lo cual a la quinta canción, ya estaba en jeans y camiseta.
Al final del concierto miré a mi alrededor y comprobé que la mayor parte de la gente seguía aun muy vestida, con lo cual concluyo que a los porteños nos les da calor bailar....o no les gusta.

lunes, 1 de septiembre de 2008