Después el de Lacoste; una marea me llevo hasta la fila del desfile más deseado (?) y no sé por que, si ya se sabe casi con seguridad de qué lado estará el cocodrilo. Lo que tampoco sé es por qué me quedé. Fue perfecto, con sus modelos perfectos y sus trapitos perfectos y combinables- correctos-correctísimos.
Y por último, el desfile de Cora Groppo, que a mí me hizo la tarde; volumenes geométricos con dobleces que emulaban el noble trabajo de origami, capas y colas plisadas en tonos invernales absolutos y tradicionales; además que para hacer más placentero el viaje, sonó un violín en vivo acompañado de sampleos que le dio un toque perfecto al desfile.
Aquí la gente que vi, que los trapos se verán en las tiendas.
Chicos de la Fashion Week Bs As.
Zapatos rojos-preciosos de una espectadora.
Menos es más, está claro.
La noche remató con un concierto, antes del desfile de Ay not Dead.
Filas interminables para entrar a los desfiles y como la injustica del mundo está en todas partes...en frente bancos vacíos.