miércoles, 6 de febrero de 2008

El equilibrio natural

Estaba tan buena que llegue a pensar que era perfecta. Por fuera estaba cubierta de mi color favorito, el burdeos, por dentro de un naranja intenso y jugoso, era acida y dulce, l y lo suficientemente prieta, hasta la temperatura que no dependía de ella era ideal, en eso estaba, saboreandola y reflexionando sobre si valía la pena hacer tanto escándalo por una ciruela, cuando de pronto saltó un gusanillo blanco, para estropearme el desayuno y recordarme que la naturaleza es perfecta.

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