jueves, 18 de junio de 2009

Uruguay-guay!


Carrito.

Nunca pensé que estaría en esta puntilla del mundo. ¿Me hubiese imaginado alguna vez que cruzaría el Río de la Plata y que desembarcaría en una ciudad llamada Colonia? ¿Había reparado en la existencia de un país tan chiquito y tan bonito como Uruguay?
Cuando nos alejamos de Colonia observé el extraradio más raro que haya visto nunca. Algunas casas, diría que de estilo colonial y perros flacos despedían a la ciudad en los extremos de la ruta, aunque a las casonas yo me las hubiera imaginado abandonas y en New Orleans, estaban en esa carretera y aunque para mi tuvieran cierto aire tropical hacía un frío que calaba hasta el último hueso. Solo algunas motonetas aparcadas en los pórticos hacían notar que siglo XX hacía tiempo que había arrancado.
El camino a Montevideo fue verde desde todas las ventanas del bus, excepto cuando se estampaba con vacas.
Cuando por fin llegamos a la capital del Uruguay-guay nos encontramos con una ciudad que parecía fantasma, linda pero fantasma, quizá se debía a que media capital estaba encerranda en un estadio sufriendo la perturbadora derrota contra el Brasil...

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